Viajar por el interior de Uruguay, se convierte en una sucesión constante de ondulaciones, serranías y hondonadas. Hay también, caminos llenos de curvas que serpentean entre pequeños pueblos y caseríos. Los impasibles pobladores se acercan a los alambrados a saludar a la ruidosa caravana de motocicletas, que dan color y sonido a una nueva tanda de mates.
La vuelta es diferente y no busca, solo, repasar los clásicos como Colonia, Montevideo, Punta del Este o Carmelo. Sino también visitar Durazno, o Piriápolis. Minas y Mariscala.
Un fin de semana largo en moto, con amigos o con pareja. Este viaje tiene todos los ingredientes para pasarla bien. Los paisajes son bellísimos. Las rutas, son divertidas. El clima siempre es amable. Y vamos a disfrutar de toda la gastronomía tradicional, famosa por sus carnes asadas, pero también la cocina marina, que mira hacia el sur y nos ofrece todos los frutos del Atlántico. Este país ya cuenta con una madura tradición vitivinícola, y ha encontrado en la cepa Tannat, un verdadero embajador uruguayo.
Las motos nos permitirán rodar por senderos vecinales, en los que hay que abrir y cerrar tranqueras. Meternos en las calles de arena, de los pueblos costeros. Tan cerca y tan lejos. Este fin de semana de ensueño marcará su presencia como una larga vacación. El objetivo es marcar un corte abrupto en la rutina y cambiar la onda de manera tan rotunda que el viaje de vuelta nos parecerá irreal.
Saldremos el viernes temprano y el lunes por la noche, ya estaremos de regreso en casa. Una noche, la pasaremos en Punta del Este, para disfrutar todas las alternativas de una ciudad que se ha convertido en el principal destino de veraneo para los turistas mas exclusivos de Sudamérica.
PANDEMIA COVID: la realización de este viaje está supeditada a la posibilidad de volver a movilizarse en cada provincia y hacia éstas. En caso de que no haya vuelos en avión pero se pueda acceder por via terrestre al punto de inicio, será informado oportunamente. Si no es posible en fecha propuesta, se irá reprogramando.