Destino San Antonio de Areco. Una vez que mencionamos un viaje por el Pago de Areco, es inevitable evocar la idea de un mundo de gauchos a caballo. El país previo a los caminos asfaltados y las gigantes cosechadoras o los poderosos tractores. Y esto nos viene de cuando leíamos y soñábamos con la literatura gauchesca o algún poema de Borges.
"...Fueron pastores de la hacienda brava, firmes en el caballo del desierto que habían domado esa mañana, enlazadores, marcadores, troperos, capataces, hombres de la partida policial, alguna vez matreros; alguno, el escuchado, fue el payador..." Rumbeando hacia el sur-oeste algunos parajes muy pintorescos como Plomer y Lozano con sus 22 habitantes nos irán deteniendo, sorprendiendo, encantando. Después de almuerzo en Las Marianas nos dirigimos hacia el norte. Nos espera la
Estancia La Porteña.
Considerada una de las más atractivas y tradicionales del país, - según podemos leer en su presentación-
por su historia, su arquitectura y por la naturaleza que la rodea. Su casco construido en el siglo XIX, se encuentra rodeado de un parque diseñado por el paisajista francés Charles Thays.
La Estancia evoca ambiente de época, donde el escritor Ricardo Güiraldes (1886-1927), autor, entre otros libros, de “Don Segundo Sombra”, pasó desde su infancia largas temporadas en ¨La Porteña¨, donde se inspiró para escribir sus mejores páginas, observando la vida y costumbres de los gauchos a los que rindió homenaje e hizo conocer a través de sus libros.
Después de disfrutar de la hospitalidad de la familia Güiraldes, que ha sostenido la tradición durante tanto tiempo, iremos en dirección nor-este para visitar el Enduro Park Argentina y posteriormente encontrarnos con un almuerzo extraordinario (y se van a acordar de ésta palabra) en Rio Tala, en la ciudad de San Pedro, tras lo cual regresamos a Buenos Aires.
Como siempre repetimos, el objetivo es divertirnos andando en moto con amigos. La selección de las rutas, las paradas y la gastronomía forman parte del escenario elegido en un fin de semana de invierno en el que vamos a escaparnos un poco de la ciudad y su fárrago.